Abordar la arquitectura contemporánea del último siglo, nos permite mapear una serie de desvíos. Consideramos decisiva la influencia que ejercieron las vanguardias y pos vanguardias en el proceso de impulsar la puesta en crisis de los modos de pensar y producir el arte, fenómeno que también reconocemos en la arquitectura. En relación a ello, nos interesa atender a un campo otro que emerge en las últimas décadas -de autocrítica y de giro- en el proyecto arquitectónico: nos referimos a la investigación proyectual. De allí que es posible afirmar que la arquitectura puede, a través del proyecto, poner en suspenso aquella condición instrumental –solucionalista - dominante en el siglo XX.
Afirma Maderuelo “se descubre entonces la inusitada capacidad de la arquitectura para comportarse como imagen (…) Surge así una arquitectura para ser contemplada con la vista, no para ser habitada por el cuerpo” (2014, 15). Esto supone para nosotros un puntapié inicial y un acercamiento al problema que nos ocupa en el presente trabajo. Sostenemos entonces, que incursionar en el problema de la imagen, permite la reflexión crítica y una mirada autoconciente de la arquitectura en la contemporaneidad. En tal sentido, atendemos al impulso generado por el desplazamiento que reposiciona al usuario como espectador de una obra -de arquitectura–. Dicha cuestión, planteada también desde la lógicas (de lo inútil ) habilita desde/con la imagen una invitación a re-pensar el campo.